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Un nou model
Sempre hi ha el risc de resultar pesat defensant sempre les mateixes coses. En el meu cas ho puc resultar en la meva la defensa d'un canvi de paradigma cap a un món on imperi la equitat i la llibertat. Potser per això m'agrada presentar-vos a d'altres persones que ens parlen d'un sistema esgotat i mal orientat com ho és el nostre.
Les meves notícies de n'Antonio Turiel vénen de la seva aparició al Canal 33 (de la Televisió de Catalunya) al programa Singulars que presenta en Jaume Barberà en el qual s'entrevista persones que destaquen en el nostre món pels seus coneixements. Escoltar per aprendre va subtitular Jaume Barberà el seu llibre on recollia les entrevistes més destacades del programa.
L'entrevista amb n'Antonio Turiel (que us recomano malgrat que està en català, que podeu veure clicant aquí amb subtitols en castellà tot i que us caldrà activar-los). Aquesta edició del programa es va titular "Condemnats a decréixer". I es presentava a l'entrevistat amb aquestes paraules: És físic, matemàtic i investigador de l'Institut de Ciències del Mar del CSIC. Antonio Turiel ens diu que no podrem continuar creixent com fins ara perquè no tindrem recursos. La crisi no acabarà si no canviem el nostre model financer i productiu. Hem arribat a la fi del creixement.
Les perspectives de futur són que la producció de petroli dels camps existents davallarà un 40 % d'aquí al 2020 i serà gairebé impossible compensar aquesta davallada, sobretot perquè es calcula que cap al 2018 la Xina i l'Índia absorbiran tota la producció de petroli si continuen el seu patró de consum actual.
En el seu blog (The Crash Oil) n'Antonio Turiel, ja ens deia l'any 2010: Hemos hablado de ello fragmentariamente en algunos posts y en sus subsecuentes comentarios, pero creo que es importante poner algunas piezas del puzzle juntas y mostrar de manera fehacientemente lo que a estas alturas es un hecho: esta crisis económica en la que estamos inmersos no se acabará nunca, o no por lo menos dentro del presente paradigma económico conocido como capitalismo.
[...]
La pregunta no es, por tanto, si vamos a seguir decreciendo económicamente, sino hasta cuándo. La respuesta es que decrecer económicamente, entendido como una disminución del PIB, es irrelevante. Hemos confundido el fin con los medios; el PIB es una abstracción de la riqueza colectiva de un país, que se supone que de algún modo está conectado con el bienestar de sus gentes. Lo que se busca es maximizar el bienestar, no un índice complejo y en ocasiones absurdo. Por tanto, tan pronto como abandonemos la orientación economicista y nos centremos en lo verdaderamente relevante empezaremos a ir mejor. Lo peor que podríamos hacer es centrarnos en mantener un sistema económico que cada vez será más disfuncional por falta de energía y de materias primas para impulsar un consumo desaforado que nos inmole en el altar del crecimiento económico, soñando con la recuperación económica que nunca va a llegar y que creará un empleo que no va a existir jamás.
En un post publicat recentment (24/2/2016) comenta: Y a pesar de la acumulación de signos, de que ya estamos comenzando el descenso energético, de que estamos entrando en una recesión global, de que la incapacidad de gestionar algo tan crítico como la estabilidad de la inversión en producción de hidrocarburos líquidos lleva a oscilaciones tremendamente destructivas, de que en algún momento de este año o el siguiente el precio se disparará y agravará la nueva ola recesiva, de que con nuestra necedad sólo estamos agravando el problema... a pesar de eso, los análisis que vemos en los medios continúan con la misma absurda cantinela que induce a pensar que nada pasa, y no faltan algunas voces aquí y allá que dicen que lo del peak oil ha quedado desmentido, justo en el preciso momento que lo hemos superado.
La Historia quizá nos juzgará con dureza por nuestra falta de juicio, por nuestra falta de previsión. Actualmente, en pleno estado de pánico que disimulan tan bien como pueden, los conductores de este tren han presionado con demasiada ansiedad y demasiada fuerza el freno y el vehículo que nos lleva a todos está derrapando. Ahora vendrá una nueva oleada recesiva, más recortes y malestar social, al cabo de poco precios del petróleo por las nubes y un agravamiento de la crisis, después precios por los suelos y más contracción. Estamos entrando en una fase de aceleración de la destrucción económica, absolutamente autoinfligida.
Fa una colla d'anys, quan jo encara era un estudiant universitari, algun professor ja ens havia advertit que davant el creixement del consum de petroli, es preveia que aquest s'acabaria tard o d'hora i que als EUA estaven reomplint els seus pous, els ja esgotats, amb petroli, llavors barat, procedent del nostre Orient Pròxim.
Resulta més que evident que el planeta és limitat i que tot recurs no renovable s'acabarà acabant. Ja sigui petroli, ferro, carbó, etc. La sostenibilitat justament es planteja aquests temes, ja que el creixement té un límit perquè els recursos no renovables són limitats. El model social economicista ens ha dut on som. Si l'objectiu és el benestar general hem de canviar de model. I canviar de model ens dóna la oportunitat de fer-ho millor i de posar les bases per un sistema on l'equitat i la llibertat en siguin el fonament.
No falta qui augura el retorn a les cavernes o una apocalíptica extinció de l'especie humana. No cal exagerar. No cal anar al tremendisme ni fer por. No estic parlant d'una involució, sinó d'una evolució, d'un anar endavant acabant amb els vicis de la societat actual, d'un canvi tant important com el que va tenir origen fa uns deu o dotze mil anys amb l'inici del sedentarisme i la producció d'aliments, en definitiva, d'un canvi de model, de paradigma.
Una abraçada
Un nuevo modelo
Siempre existe el riesgo de resultar pesado defendiendo siempre las mismas cosas. En mi caso lo puedo resultar en mi la defensa de un cambio de paradigma hacia un mundo donde impere la equidad y la libertad. Quizá por eso me gusta presentaros a otras personas que nos hablan de un sistema agotado y mal orientado como lo es el nuestro.
Mis noticias de Antonio Turiel vienen de su aparición en el Canal 33 (de la Televisión de Cataluña) en el programa Singulars (Sngulares) que presenta Jaume Barberà en el cual se entrevista a personas que destacan en nuestro mundo por sus conocimientos. Escuchar para aprender subtituló Jaume Barberà su libro donde recogía las entrevistas más destacadas del programa.
La entrevista con Don Antonio Turiel (que os recomiendo a pesar que está en catalán, que puedeis ver clicando aquí con subtítulos en castellano aunque necesitaréis activarlos). Esta edición del programa se tituló "Condenados a decrecer". Y se presentaba al entrevistado con estas palabras: Es físico, matemático e investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. Antonio Turiel nos dice que no podremos seguir creciendo como hasta ahora porque no tendremos recursos. La crisis no terminará si no cambiamos nuestro modelo financiero y productivo. Hemos llegado al fin del crecimiento.
Las perspectivas de futuro son que la producción de petróleo de los campos existentes descenderá un 40% de aquí a 2020 y será casi imposible compensar esta bajada, sobre todo porque se calcula que hacia el 2018 China e India absorberán toda la producción de petróleo si continúan su patrón de consumo actual.
En su blog (The Crash Oil) Antonio Turiel, ya nos decía en 2010: Hemos hablado de ello fragmentariamente en algunos posts y en sus subsecuentes comentarios, pero creo que es importante poner algunas piezas del puzzle juntas y mostrar de manera fehacientemente lo que a estas alturas es un hecho: esta crisis económica en la que estamos inmersos no se acabará nunca, o no por lo menos dentro del presente paradigma económico conocido como capitalismo.
[...]
La pregunta no es, por tanto, si vamos a seguir decreciendo económicamente, sino hasta cuándo. La respuesta es que decrecer económicamente, entendido como una disminución del PIB, es irrelevante. Hemos confundido el fin con los medios; el PIB es una abstracción de la riqueza colectiva de un país, que se supone que de algún modo está conectado con el bienestar de sus gentes. Lo que se busca es maximizar el bienestar, no un índice complejo y en ocasiones absurdo. Por tanto, tan pronto como abandonemos la orientación economicista y nos centremos en lo verdaderamente relevante empezaremos a ir mejor. Lo peor que podríamos hacer es centrarnos en mantener un sistema económico que cada vez será más disfuncional por falta de energía y de materias primas para impulsar un consumo desaforado que nos inmole en el altar del crecimiento económico, soñando con la recuperación económica que nunca va a llegar y que creará un empleo que no va a existir jamás.
En un post publicado recientemente (02/24/2016) comenta: Y a pesar de la acumulación de signos, de que ya estamos comenzando el descenso energético, de que estamos entrando en una recesión global, de que la incapacidad de gestionar algo tan crítico como la estabilidad de la inversión en producción de hidrocarburos líquidos lleva a oscilaciones tremendamente destructivas, de que en algún momento de este año o el siguiente el precio se disparará y agravará la nueva ola recesiva, de que con nuestra necedad sólo estamos agravando el problema... a pesar de eso, los análisis que vemos en los medios continúan con la misma absurda cantinela que induce a pensar que nada pasa, y no faltan algunas voces aquí y allá que dicen que lo del peak oil ha quedado desmentido, justo en el preciso momento que lo hemos superado.
La Historia quizá nos juzgará con dureza por nuestra falta de juicio, por nuestra falta de previsión. Actualmente, en pleno estado de pánico que disimulan tan bien como pueden, los conductores de este tren han presionado con demasiada ansiedad y demasiada fuerza el freno y el vehículo que nos lleva a todos está derrapando. Ahora vendrá una nueva oleada recesiva, más recortes y malestar social, al cabo de poco precios del petróleo por las nubes y un agravamiento de la crisis, después precios por los suelos y más contracción. Estamos entrando en una fase de aceleración de la destrucción económica, absolutamente autoinfligida.
Hace muchos años, cuando yo todavía era un estudiante universitario, algún profesor ya nos había advertido que ante el crecimiento del consumo de petróleo, se preveía que este acabaría tarde o temprano y que en EEUU estaban rellenando sus pozos, los ya agotados, con petróleo, entonces barato, procedente de nuestro Oriente Próximo.
Resulta más que evidente que el planeta es limitado y que todo recurso no renovable se terminará acabando. Ya sea petróleo, hierro, carbón, etc. La sostenibilidad justamente se plantea estos temas, ya que el crecimiento tiene un límite porque los recursos no renovables son limitados. El modelo social economicista nos ha llevado donde estamos. Si el objetivo es el bienestar general tenemos que cambiar de modelo. Y cambiar de modelo nos da la oportunidad de hacerlo mejor y de poner las bases para un sistema donde la equidad y la libertad sean el fundamento.
No falta quien augura la vuelta a las cavernas o una apocalíptica extinción de la especie humana. No es necesario exagerar. No hace falta ir al tremendismo ni dar miedo. No estoy hablando de una involución, sino de una evolución, de un ir adelante acabando con los vicios de la sociedad actual, de un cambio tan importante como el que tuvo origen hace unos diez o doce mil años con el inicio del sedentarismo y la producción de alimentos, en definitiva, de un cambio de modelo, de paradigma.
un abrazo
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