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dijous, 21 de maig del 2020

Per qui toquen les campanes --- Por quién doblan las campanas


[Entrada 317]

Per qui toquen les campanes

L’estupidesa humana és l’única cosa que ens dóna una idea de l’infinit.
Ernest Renan, escriptor, filòsof i historiador francès (1823-1892)
El poeta metafísic anglès John Donne va escriure el poema conegut com a For whom the bell tolls (Per qui toquen les campanes), a la seva «Meditació XVII» cap al 1624. El poema va inspirar a l'estatunidenc Ernest Hemingway una novel·la amb el mateix títol ambientada en la guerra espanyola de 1936, que va ser publicada el 1940. Hemingway havia participat en aquella com a corresponsal de guerra. Basada en aquesta novel·la, el 1943, Ingrid Bergman i Gary Cooper van protagonitzar una pel·lícula, dirigida per Sam Wood, amb el mateix títol. La novel·la i la pel·lícula van estar prohibides a Espanya fins uns anys després de la mort del dictador.

John Donne (1572-1631) era un clergue anglicà que és conegut com el poeta anglès fundador de l’escola «metafísica». Era de família catòlica, fou educat a Oxford i a Cambridge. A 26 anys es va fer anglicà. Va ser ordenat de sacerdot i es doctorà en teologia a Cambridge. Fou catedràtic de teologia i després degà de Saint Paul. Va ser considerat el millor predicador de l’època, es dedicà a redactar i a ordenar els seus sermons fins a la seva mort. Tota l’obra poètica de Donne és anterior a la seva ordenació eclesiàstica. La poesia de Donne elabora molt el llenguatge i cerca diversos sentits metafòrics a la imatge poètica i l’enllaça amb una altra imatge nova, el significat de la qual es dedueix també del significat de la imatge anterior. Els sermons tenen la mateixa estructura dels poemes i, per tal d’aconseguir un efecte emocional i intel·lectual, són construïts amb llargues sentències i sèries de clàusules subordinades. La poesia de Donne va començar a ser valorada al s. XIX.

En el poema Donne unes campanades tocant a mort són motiu de reflexió sobre la vida, per acabar afirmant que ens recorden que quan algú mor tots morim una mica, i que tots hem de morir, així que les campanes toquen per a tothom. Jo no comparteixo les seves inquietuds religioses, però si crec en el fet social, que tots som part de la societat i que és ella qui ens completa, a més, crec que la humanitat som tots, i que tota mort és una pèrdua per a tots, coneguem o no al mort. I tot plegat lliga amb la reflexió que fa Donne en aquest poema i amb la que fa Hemingway a la seva novel·la al voltant de la guerra espanyola, i, per extensió, de totes les guerres.
No man is an island,
Entire of itself.
Each is a piece of the continent,
A part of the main.
If a clod be washed away by the sea,
Europe is the less.
As well as if a promontory were.
As well as if a manor of thine own
Or of thine friend’s were.
Each man’s death diminishes me,
For I am involved in mankind.
Therefore, send not to know
For whom the bell tolls,
It tolls for thee.

Ningú és una illa,
complet en ell mateix.
Cada home és un bocí del continent,
una part de la terra;
si el mar se emporta una porció de terra,
tota Europa queda disminuïda.
Tant li fa si és un promontori.
Tant li fa si és la teva pròpia casa,
o la casa d'un dels teus amics.
La mort de qualsevol home m'afebleix
perquè estic lligat a la humanitat.
Per això, no vulguis saber
per qui toquen les campanes:
toquen per a tu.

Una abraçada








Por quién doblan las campanas

La estupidez humana es lo único que nos da una idea del infinito.
Ernest Renan, escritor, filósofo francés (1823-1892)
El poeta metafísico inglés John Donne escribió el poema como For whom the bell tolls (Por quién doblan las campanas) en su «Meditación XVII» hacia 1624. El poema inspiró al estadounidense Ernest Hemingway una novela con el mismo título ambientada en la guerra española de 1936, que fue publicada en 1940. Hemingway había participado en aquella como corresponsal de guerra. Basada en esa novela, en 1943, Ingrid Bergman y Gary Cooper protagonizaron una película, dirigida por Sam Wood con el mismo título. La novela y la película estuvieron prohibidas en España hasta unos años después de la muerte del dictador.

John Donne (1572-1631) era un clérigo anglicano que es conocido como el poeta inglés fundador de la escuela «metafísica». Era de familia católica, fue educado en Oxford y en Cambridge. A los 26 años se convirtió al anglicanismo. Fue ordenado de sacerdote y se doctoró en teología en Cambridge. Fue catedrático de teología y luego decano de Saint Paul. Fue considerado el mejor predicador de la época, se dedicó a redactar y ordenar sus sermones hasta su muerte. Toda la obra poética de Donne es anterior a su ordenación eclesiástica. La poesía de Donne elabora mucho el lenguaje y búsca varios sentidos metafóricos a la imagen poética y la enlaza con otra imagen nueva, el significado de la cual se deduce también del significado de la imagen anterior. Los sermones tienen la misma estructura de los poemas y, para conseguir un efecto emocional e intelectual, están construidos con largas sentencias y series de cláusulas subordinadas. La poesía de Donne comenzó a ser valorada en el s. XIX.

En el poema Donne unas campanadas tocando a muerto son motivo de reflexión sobre la vida, para acabar afirmando que nos recuerdan que cuando alguien muere todos morimos un poco, y que todos hemos de morir, así que las campanas tocan para todos. Yo no comparto sus inquietudes religiosas, pero si creo en el hecho social, en que todos somos parte de la sociedad y en que es ella quien nos completa, además, creo que la humanidad somos todos, y que toda muerte es una pérdida para todos, conozcamos o no al muerto. Y todo eso liga con la reflexión que hace Donne en su poema y con la que hace Hemingway en su novela en referencia a la guerra española, y, por extensión, a todas las guerras.
No man is an island,
Entire of itself.
Each is a piece of the continent,
A part of the main.
If a clod be washed away by the sea,
Europe is the less.
As well as if a promontory were.
As well as if a manor of thine own
Or of thine friend’s were.
Each man’s death diminishes me,
For I am involved in mankind.
Therefore, send not to know
For whom the bell tolls,
It tolls for thee.

Nadie es una isla,
completo en sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente,
una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra,
toda Europa queda disminuida.
Tanto da si es un promontorio.
Tanto da si es tu propia casa
o la casa de uno de tus amigos.
La muerte de cualquiera me afecta,
porque me encuentro unido a la humanidad.
Por eso, nunca quieras saber
por quién doblan las campanas;
doblan por ti.

Un abrazo.


2 comentaris:

  1. 'Por quién doblan las campanas' es una de las 50 películas que mi padre nos dijo un día, que no podíamos dejar de ver (y que obviamente, pasan los años y no vimos ninguna). Son todas películas muy antiguas pero que según él, nos dan una gran cultura cinéfila. En fin...

    En cuanto a la pandemia, creo que sí, que todos formamos parte de la humanidad. Humanidad que cambió mucho temporalmente aunque dudo mucho que el cambio sea permanente, ya que si bien vi actos solidarios, presencié otros totalmente egoístas.

    Y sí, creo que la muerte por esta pandemia, nos hermanó y nos afectó de alguna manera, aunque soy escéptico de que mejoremos como sociedad. Ojalá me equivoque...

    Besos!

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    Respostes
    1. La verdad es que del cine primitivo, mudo, y de aquel que ya no lo es tanto, aunque fuera en blanco y negro, hay mucho que ver y aprender. Creo que debes hacer el esfuerzo de ver esas 50 o quizás 100 películas fundamentales de la historia del cine. Y más, teniendo en cuenta que hoy en día toda película que tenga más de 15 o 20 años, ha pasado pasa a ser una pieza de museo.

      Estoy preparando un texto sobre las repercusiones que han tenido algunas de las grandes pandemias en la sociedad occidental y en la humanidad. Creo que estamos ante una gran pandemia, y así como el Sida cambió algunos de nuestros hábitos creo que el Covid también va a tener su peso en nuestro comportamiento. Y como todo cambio es una oportunidad, creo que tenemos la oportunidad de ir a mejor.

      Aquí en mi tierra hay una generación que ha creído en la fuerza de la lucha colectiva y que sigue creyendo en ella. Son gente nacida, más o menos, entre 1930 y 1950, que ahora tiene entre 70 y 90 años. Fueron los adolescentes en la posguerra, con el rock-and-roll, los Beatles, los Rolling Stones y los hippies. Vivieron el mayo de 1968 y lucharon contra el franquismo en la clandestinidad, en fábricas y universidades. Lucharon por una enseñanza pública de calidad para sus hijos, por una democracia homologable y ahora los tenemos movilizados luchando por sus pensiones en una Marea pensionista. Y la verdad es que gracias a sus luchas se lograron bastantes mejoras. La pena es que las generaciones que han seguido han visto como se iban diluyendo sus logros sin que hayan hecho gran cosa por evitarlo. Yo creo que se puede, pero no va a ser esperando en la puerta de tu casa para ver pasar el cadáver de tu enemigo. Las cosas se consiguen mojándose uno el culo, porque quien no se arriesga no cruza el río, se dice en catalán.

      Sin duda, si no creemos en la humanidad, que sin duda tiene muchos defectos y muy graves; si no creemos en que podemos lograrlo, no vale la pena luchar, pero cuando no luchamos, nos aplastan.

      Muchas gracias por comentar.

      Un abrazo.

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