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divendres, 5 de juliol del 2019

Diari íntim --- Diario íntimo


[Entrada 276]

Diari íntim

El passat batega dintre meu com un segon cor.
John Banville, novel·lista irlandès (1945)
Crec que tenia 15 anys quan vaig començar a escriure el meu primer diari. Escrivia en un bloc d'espiral, amb l'espiral de filferro a la part més llarga d'uns fulls quadriculats de la mida de mig foli (una quartilla) dels quals en solia omplir al dia el terç d'una cara. Explicava petits fets diaris. Allò que em semblava més important del que m'havia passat aquell dia. I també hi anotava els meus hàbits masturbatoris.

El solia escriure a classe, a estones mortes. Una vegada un professor me'l va prendre en va llegir un bocí, me'l va tornar i em va dir que no em dediqués a escriure cartes a classe. El vaig abandonar aviat. No crec que em durés més de dos o tres mesos. Un any o dos després el vaig reprendre, vaig fer un segon diari, però tampoc va durar gaire. Recordo que els vaig destruir tots dos als meus quaranta-tants en un dels canvis que vam fer a casa.

Només els havia llegit una altra persona, a més de jo que n'era l'autor. Un amic del qual n'havia estat enamorat. El dia que li vaig dir que els havia fet desaparèixer em va dir que no ho havia fet bé, que li havien semblat prou interessants i que eren part de la meva vida. La veritat és que crec que tenia raó. Algun cop he pensat que eren una de les perles de la meva vida i que els havia d'haver guardat. Els he enyorat més d'una vegada.

Una abraçada








Diario íntimo

El pasado late dentro de mí como un segundo corazón.
John Banville, novelista irlandés (1945)
Creo que tenía 15 años cuando empecé a escribir mi primer diario. Escribía en un bloc de espiral, con la espiral de alambre situada en la parte más larga de unas hojas cuadriculadas del tamaño de medio folio (una cuartilla) de los que solía llenar al día el tercio de una cara. Contaba pequeños hechos diarios. Lo que me parecía más importante de lo que me había pasado ese día. Y también anotaba mis hábitos masturbatorios.

Lo solía escribir en clase, a ratos muertos. Una vez un profesor me lo quitó y leyó un trozo de lo que estaba escribiendo, me lo devolvió y me dijo que no me dedicara a escribir cartas en clase. Lo abandoné pronto. No creo que me durara más de dos o tres meses. Un año o dos después lo retomé, hice un segundo diario, pero tampoco duró mucho. Recuerdo que los destruí ambos a mis cuarenta y tantos en uno de los cambios que hicimos en casa.

Sólo los había leído otra persona, además de yo que era su autor. Un amigo del que había estado enamorado. El día que le dije que los había hecho desaparecer me dijo que no lo había hecho bien, que le habían parecido bastante interesantes y que eran parte de mi vida. La verdad es que creo que tenía razón. Alguna vez he pensado que eran una de las perlas de mi vida y que los tenía que haber guardado. Los he añorado más de una vez.

Un abrazo


2 comentaris:

  1. Me gustaria haber visto la cara del profesor cuando te quito el diario y leyó sobre tus hábitos masturbatorios en tiempos del tio Paco. Te tubistes que pones más blanco que la tiza campeón. Yo me hubiera hecho caquita. No te dieron unos reglazos o un tiron de orejas??? jajajaja...

    Besitosss !!!

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    Respostes
    1. Recuerdo que en el momento en que me lo quitó de las manos me quería morir. Aunque me puse más rojo que la puntita de mi polla cuando me pajeo... El profe leyó solo un poco, me miró con una sonrisita irónica y se limitó a decir eso de «no escribas cartas en clase» y tiró la libreta sobre mi mesa con cierto desprecio. Entonces resucité... Tenia un sudor frío en todo mi cuerpo.

      No sé como hubiera reaccionado si hubiera leído alguna de mis referencias al intenso pajeo al que me sometía en aquellos tiempos. A lo mejor me hubiera llevado a su despacho para disfrutar de mis pajas. Era un colegio religioso y según parece en aquellos tiempos eso ya era bastante frecuente. Un año más tarde se destapó que uno de los religiosos (uno distinto al que leyó mi diario) hacía años que abusaba sexualmente de algunos de sus alumnos (de 12 y 13 años). Y se limitaron a enviar al religioso abusador a otro colegio de misma orden.

      En fin, que ni tirón de orejas ni nada.

      Muchas gracias por tu aportación.

      Un abrazo

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