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La femella humana
Des del punt de vista biològic l'evolució selecciona aquells individus més eficaços en la producció de cries i en la propagació d'elles a llocs adequats per viure. Les cries dels altres mamífers neixen amb un cervell que ja s'ha desenvolupat entre 85 i el 95% del que serà el cervell que tindrà d'adult. Per contra l'humà neix amb un cervell que només s'ha desenvolupat en un 65% i necessita d'alguns anys per tenir l'autonomia que la cria d'un altre mamífer aconsegueix en pocs dies o setmanes. Sota aquest punt de vista sembla que som una especie poc eficaç en la producció de cries. En totes les especies és la femella qui alleta al nadó i qui es fa càrrec de la seva educació, almenys durant el període en què l'alletament encara forma part important de l'alimentació del petit. Aquest fet condiciona força la llibertat i el rol social de femella humana en el seu període de fertilitat que ocupa bona part de la seva vida adulta. Especialment a l'antiguitat quan no hi havia més divisió del treball que la imposada per la natura.
Les evidències demostren que a la prehistòria si bé la cacera i la pesca eren tasques més aviat masculines, ja que les dones en fer-se càrrec de la prole no podien anar gaire lluny de les zones d'acampada, la recol·lecció era una tasca molt més compartida on la participació femenina era força més important i moltes vegades era una tasca quasi exclusivament femenina. Amb el canvi cognitiu que es produí cap al 60.000 a.n.e. la cacera va anar perdent rellevància i va deixar de ser l'eix central de la subsistència, cosa que va fer créixer la importància de la recol·lecció i la del paper de la dona en el subministrament d'aliments.

Cap al 7.000 a.n.e. comença a aparèixer el concepte d'unitat familiar quan la agricultura i la ramaderia ja són el medi més important de produir aliment i ja es viu en aldees d'una mida considerable. És el moment en què comença a tenir importància la propietat i el llinatge ja que una família gran té més capacitat de producció. També hi ha evidències d'una clara divisió entre les ocupacions d'homes i dones.

El que es desconeix és en quin moment l'home va prendre el poder a la societat, relegant a les dones a un paper secundari i limitat. Ni tan sols se sap si la societat patriarcal va ser cosa de l'Homo Sapiens o ho va heretar d'algun dels homínids que el van precedir, tot i que sigui poc probable. El que està clar és que quan es va iniciar la escriptura aquest fet ja s'havia produït i amb més o menys intensitat s'ha mantingut fins avui.
Una abraçada.
La hembra humana
Desde el punto de vista biológico la evolución selecciona aquellos individuos más eficaces en la producción de crías y en la propagación de ellas en lugares adecuados para vivir. Las crías de los otros mamíferos nacen con un cerebro que ya se ha desarrollado entre 85 y el 95% de lo que será el cerebro que tendrá de adulto. En cambio el humano nace con un cerebro que sólo se ha desarrollado en un 65% y necesita de algunos años para tener la autonomía que la cría de otro mamífero consigue en pocos días o semanas. Bajo este punto de vista parece que somos una especie poco eficaz en la producción de crías. En todas las especies es la hembra quien amamanta al bebé y que se hace cargo de su educación, al menos durante el período en que la lactancia aún forma parte importante de la alimentación del pequeño. Este hecho condiciona bastante la libertad y el rol social de hembra humana en su periodo de fertilidad que ocupa buena parte de su vida adulta. Especialmente en la antigüedad cuando no había más división del trabajo que la impuesta por la naturaleza.
Las evidencias demuestran que en la prehistoria si bien la caza y la pesca eran tareas más bien masculinas, ya que las mujeres en hacerse cargo de la prole no podían ir muy lejos de las zonas de acampada, la recolección era una tarea mucho más compartida donde la participación femenina era bastante más importante y muchas veces era una tarea casi exclusivamente femenina. Con el cambio cognitivo que se produjo hacia el 60.000 a.n.e. la caza fue perdiendo relevancia y dejó de ser el eje central de la subsistencia, lo que hizo crecer la importancia de la recolección y la del papel de la mujer en el suministro de alimentos.

Hacia el 7000 a.n.e. comienza a aparecer el concepto de unidad familiar cuando la agricultura y la ganadería ya son el medio más importante de producir alimento y ya se vive en aldeas de un tamaño considerable. Es el momento en que empieza a tener importancia la propiedad y el linaje ya que una familia grande tiene más capacidad de producción. También hay evidencias de una clara división entre las ocupaciones de hombres y mujeres.

Lo que se desconoce es en qué momento el hombre tomó el poder en la sociedad, relegando a las mujeres a un papel secundario y limitado. Ni siquiera se sabe si la sociedad patriarcal fue cosa del Homo Sapiens o lo heredó de alguno de los homínidos que le precedieron, aunque sea poco probable. Lo que está claro es que cuando se inició la escritura este hecho ya se había producido y con mayor o menor intensidad se ha mantenido hasta hoy.
Un abrazo.
Bueno, parece fácil imaginar que si alguna vez el poder, empezando por el económico, hubiese estado en manos de las mujeres, no hubiese sido necesario limitar la libertad sexual de nadie, puesto que ellas no tendrían dudas para saber quienes eran o no sus descendientes. Pero más que divagar sobre el papel de las mujeres a través del proceso histórico y evolutivo, me gustaría traer al presente el tema para recordar que también hoy en día olvidamos fácilmente que la hembra humana es humana antes que hembra. Resulta que existe un prototipo humano del género masculino con tendencia a actuar bajo la premisa de que las mujeres (y los hijos) son una propiedad que les pertenece, negándoles así su condición de ciudadanos de pleno derecho. Contradictoriamente, quizás por el enorme peso de la herencia cultural, también existen mujeres capaces de seguir o reproducir estos patrones.
ResponEliminaConvivo a diario con actitudes, maneras y expresiones que constantemente dejan traslucir la idea de que la voluntad de las mujeres debiera estar supeditada en algún sentido a la de los hombres. En realidad seguimos convencidos de que la decencia es la mejor "virtud" que pueden poseer las mujeres, por eso las llamamos "putas" para ofenderlas, al igual que llamamos "cabrones" o "hijos de puta" a los hombres, asumiendo que la falta de decencia de SUS mujeres y de SUS madres es el peor insulto que podemos dedicarles. Puede que ejemplos como estos no parezcan nada del otro mundo, pero tengo la impresión de que ésta es la mentalidad que subyace como la base del iceberg en el que la punta son las víctimas que salen a diario en las noticias. Y ni siquiera formamos parte de las sociedades más misóginas.
Creo que ya va siendo hora de aprender a respetar la libertad y la sexualidad de las mujeres. y para los que no sean capaces de aceptar esto siempre les queda probar a vivir solitos en una cueva.
Un abrazo
Pucho
Creo has sabido reproducir de maravilla las ideas que subyacen en mi reflexión. Hay un tema muy importante que es esa mentalidad que motiva por un lado la discriminación de la mujer y por el otro esa violencia que denominamos de genero y que de hecho es parte de ese abuso social que intenta justificar en base al papel biológico de las hembras en la reproducción y que en realidad solo se justifica a través de que el macho haya tomado el poder y se considere el amo de su prole.
EliminaAquí, en estas tierras que habito, se suele llamar "mal parido" al que és mala persona. Lo cual, aunque invoca a su cuna, no hace referencia al rol social de la hembra como es el caso del "cabrón" o del "hijo de puta", que también se usan.
Muchas gracias por la aportación de tu comentario.
Un abrazo.
Curiosamente en mi tierra de origen, Galicia, si existe un vamos a llamarle "insulto sexual igualitario" en la figura del "fodón/a", que alude a la gente que se va follando a toda/o el/la que puede por puro interés sexual aunque intentan aparentar otra cosa. Este término posee para ambos igual connotación negativa. De todos modos (igual que en vuestro caso) los otros que mencioné también se dicen. Lo de "mal parido" no lo había oido nunca, me suena casi poético, jajaja
ResponEliminaFrecuentemente se presume desde Galicia que nuestra identidad cultural es matriarcal frente al patriarcado hispánico. Esto se explicaría como una consecuencia de la brutal emigración sufrida a lo largo de varios siglos, y que dejó una huella profunda en la conciencia colectiva. Esta emigración se llevó durante generaciones a los hombres, en ocasiones de pueblos enteros, a miles de kilómetros de distancia mientras que las mujeres quedaban a cargo del hogar, del campo y de los hijos. Unas generaciones de mujeres a las que la poetisa Rosalía De Castro (S XIX), se refería como las viudas de los vivos y de los muertos. Y efectivamente es cierto que tradicionalmente la mujer gallega tiene y ha tenido un gran peso en la toma de decisiones, especialmente en el ámbito doméstico, en comparación con las de algunos otros territorios, sobre todo del sur. Pero me parece que igualmente Galicia está muy lejos de formar "un matriarcado" o nada que se le parezca. La discriminación de fondo es la misma. En esencia, ellas sólo mandaron de verdad cuando ellos no podían.
Esta historia tiene otra lectura, y es que demostró, al igual que en muchas otras ocasiones, que las mujeres son tan personalmente autosuficientes como los hombres y perfectamente capaces de dirigir sus vidas y las de sus hijos sin la necesidad de estar tuteladas por ninguna figura masculina. Si se siguen manteniendo muchos patrones de dominación hacia las mujeres no es desde luego porque ellas lo necesiten.
Otro abrazo.
Pucho
De hecho, la reivindicación de la igualdad de derechos de las mujeres tomó fuerza después de la primera guerra mundial, cuando la mujer había demostrado que podía hacerse cargo de las tareas que hasta ese momento se habían reservado a los hombres. Por lo que entiendo en tu tierra y también en costa vasca ya se había producido antes.
EliminaMuchas gracias por tus aportaciones en forma de comentario.
Un abrazo.