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dijous, 1 de març del 2018

La elección entre libertad y esclavitud

[Entrada 206]

La elección entre libertad y esclavitud


Trescientos tres años y cuatro meses y medio de sumisión colonial no consiguieron acabar con el espíritu de resistencia de la nación catalana, al menos en el corazón de Cataluña (en el país de Valenciano y en las Islas Baleares, la política de asimilación de España “divide et impera!” resultó tener bastante éxito) pero llevó a los catalanes a estar demasiado dispuestos a someterse a los dictados de sus amos españoles, y algunos de ellos parecen dispuestos a tirar la toalla, a pesar de que su lucha por la libertad autodeterminada, la democracia y el estado de derecho acaba de comenzar.

La justicia española ha perdido completamente su legitimidad en los últimos meses. Hay que decir claramente: las principales decisiones del Tribunal Supremo de España, así como las acciones de la Fiscalía española han hecho que el poder judicial español se haya convertido en un sistema de injusticia. El llamado Tribunal Constitucional español ha perdido su prestigio: este Tribunal, cuyos jueces no fueron y no son seleccionados según criterios profesionales, sino por los partidos políticos de acuerdo a su afiliación, un Tribunal que prevarica en derecho español y en consecuencia internacional, que se toma la libertad de conceder y negar derechos humanos según le parezca, que está a la disposición no sólo del poder judicial, sino también del ejecutivo, que se toma la libertad de tomar decisiones de gran alcance que no tienen nada que ver con los escritos de formulación presentados, y por otro lado que no trata quejas por escrito que él mismo ha aceptado mientras el motivo de la queja esté vigente.

Los alemanes pueden pensar en la ley de la injusticia de la época del nacionalsocialismo,a cuya interpretación jurídica y jurisprudencia se acerca España con hitos. Hay que esperar que –como Slobodan Milošević– todos los jueces y fiscales españoles, así como todos los miembros del gobierno español que arbitrariamente ha doblegado y quebrado la ley española e internacional durante estos meses, responsables de masivas violaciones de los derechos humanos de millones de personas, tengan que justificar sus acciones ante Corte Internacional de Justicia. En caso contrario nunca serían considerados responsables teniendo en cuenta a la justicia española en parte corrupta.

Mientras los partidarios de la soberanía estatal catalana reconozcan la justicia española y acaten decisiones ilegales reconocibles, perderán inevitablemente y ganará España.

Para los catalanes, por otro lado, la República de Cataluña y su libertad son tangiblemente cercanas si se implementan de manera coherente. Si, por otro lado, vacilan y están indecisos, se dividen y aceptan los ilegítimos requisitos legales del estado español, perderán y nunca podrán volver a tener la oportunidad de hacer realidad su derecho humano a la autodeterminación elegido de forma libre.

La resistencia pacífica es indispensable

El derecho humano a la autodeterminación del pueblo catalán no se realizará con la obediencia a España y sus tribunales, sino sólo por la desobediencia civil masiva a las autoridades españolas y una permanente e integral falta de respeto a la autoridad del Estado español en todas las áreas en las que ha perdido legitimidad en Cataluña a través de los acontecimientos ocurridos. En el proceso, será crucial para la nación catalana asegurar que la lucha catalana por la libertad siga siendo no violenta. Puede ser duro y determinado, pero no dañar físicamente a una persona. Incluso en vistas a los derechos humanos violados hasta ahora y los que vendrán por acción violenta por parte del Estado español, que de hecho tienen como objetivo precisamente provocar más violencia y un pretexto para el uso de los militares españoles, los catalanes sólo pueden reaccionar de forma decidida y pacífica.

Errores cometidos
1. La sumisión incondicional de la Generalitat de Catalunya y de todos sus funcionarios y empleados a los dictados ilegales del Estado español,
2. La presentación a las elecciones que se celebraron el 21 de diciembre de 2017 en tres listas separadas
3. El aplazamiento de la elección del presidente catalán programada para el 30 de enero de 2018.
Antes del 27 de octubre de 2017, el estado español no tenía suficiente información sobre cómo se gestiona y se puede gobernar Cataluña. Ahora la tiene. Sin embargo, solo está en condiciones de controlar y administrar efectivamente Cataluña siempre y cuando los catalanes cooperen con él. Tampoco le sería posible reemplazar a cientos de miles de funcionarios competentes en corto o medio plazo, ni podría superar la barrera del idioma si los catalanes no le dieran facilidades como consecuencia del sometimiento lingüístico practicado desde la infancia.

Para la comunidad mundial cuenta quién controla efectivamente el territorio en Cataluña. Mientras sea de hecho el Estado español, el gobierno legítimo de Cataluña, el Parlamento catalán, no tiene ninguna posibilidad de aplicar con éxito el derecho de autodeterminación.

El lenguaje como medio de resistencia pacífica

El artículo 3 de la Constitución del Reino de España de 1978 dice lo siguiente:

(1) El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

(2) Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.

(3) La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Si los catalanes todavía reconocen la validez de esta constitución después de la proclamación de la independencia de Cataluña el 27 de octubre de 2017, válida según el derecho internacional, solo tendrían la obligación de saber la lengua castellana, que generalmente se conoce como “español” en Alemania y la constitución no hace especificaciones (y no puede hacer!), en qué grado de dominio deben “conocer” esta lengua.

No tienen que ejercer su derecho a usarla. Tampoco deben obligarlos a hacerlo. Según la Constitución española, tienen el derecho inalienable de utilizar únicamente la lengua catalana en cualquier momento, especialmente en Cataluña y sobre todo como funcionarios y empleados de la Generalitat de Catalunya. Si el gobierno central español, que todavía gobierna Cataluña con poderes dictatoriales bajo la suspensión de las autoridades democráticas, solicita informaciones en castellano a los funcionarios catalanes, es su derecho responderles únicamente en catalán.

No debe haber persecución jurídico-penal en virtud de la Constitución Española y los Pactos de Derechos Humanos si los catalanes ejercen sus derechos constitucionales si, en tal caso, no se niegan a responder, sino que responden dentro del marco de la constitución española: en su propia lengua. Si al menos dos millones de catalanes dejan de usar el castellano en la vida civil y profesional y utilizan constantemente el catalán y otros idiomas como alemán, inglés o francés para tratar con extranjeros, España está legalmente obligada a y difícilmente será capaz de explotar económicamente su colonia catalana y de controlarla efectivamente a largo plazo.

Similar al movimiento “Me Too”, si los activistas independentistas actúan con seriedad, es necesario una negativa total a continuar usando el lenguaje de Franco y Rajoy y el boicot económico a todos los medios de comunicación en español. También podría llamarse un movimiento de “yo tampoco”: “Mientras estemos oprimidos y privados de nuestra libertad, ¡No hablo español!” “¡Yo tampoco!”.

“Quien divide, gana“

El estado español está tratando injustamente de dividir y escindir a los defensores de la independencia. Sin embargo, si quieren tener éxito sus objetivos prioritarios no son cumplir las metas de su propio partido o lista electoral. Deben hacer lo que beneficia piadosamente a Cataluña.

En la situación actual, esto solo puede ser la investidura del presidente legítimo de la «Generalitat de Catalunya», a quien España no tenía derecho a destituir, pero que de hecho se ha visto privado de poder. Cualquier otra cosa sería un error imperdonable.

El objetivo del Partido Popular es subyugar a Cataluña de manera total y permanente, destruir las instituciones catalanas, asimilar Cataluña a España a largo plazo y perpetuar la explotación económica de Cataluña. Todas las renuncias del lado catalán ayudan a España y perjudican a Cataluña. No habrá compromiso aceptable para Cataluña.

Sería un error creer que Cataluña podría negociar una versión más ventajosa de su Estatuto de Autonomía y permanecer en el estado español sin grandes desventajas. Se trata del todo o el nada para Cataluña.

Si Cataluña se queda en España, se hundirá en términos lingüísticos y culturales y seguirá siendo política y económicamente una colonia efectiva de España. Quien le da el dedo meñique a España, experimentará que no solo se lleva toda la mano, sino simplemente todo. La oferta catalana para un diálogo bilateral a la misma altura fue y será rechazada por España. Ahora el pueblo catalán debe reaccionar de la misma manera ante las medidas represivas de la política española y el poder judicial que depende de ella. No debe retirar su apoyo incondicional al 130º presidente de la «Generalitat de Catalunya», Carles Puigdemont. Debe conspirar contra la represión del estado español relacionada con los derechos humanos e implementar la República Catalana paso a paso.

No se puede encarcelar a todo un pueblo

Fue y es un error posponer la elección del presidente catalán, teniendo en cuenta las normas represivas de la injusticia del Tribunal Constitucional español. Cataluña no gana pero corre el riesgo de perderlo todo. Si los partidos catalanes, defensores de la libertad de Cataluña, del Estado de Derecho y la democracia, de los derechos humanos del pueblo catalán y del establecimiento de la República Catalana quieren alcanzar su objetivo, tienen que hacer de manera consecuente e infalible lo que debe hacerse.

Debe aceptarse que,dado el caso, miles de políticos catalanes puedan ser encarcelados como presos políticos en las cárceles españolas. No se puede encarcelar a todo un pueblo.

Por cada político encarcelado por España por violación grave de la ley española y los derechos humanos, deben seguir dos más. El que tiene miedo pierde. La sensatez y el conocimiento de que la causa justa prevalecerá, conducirá al éxito. Si España continúa violando los derechos humanos y oprimiendo a Cataluña en mayor medida que antes, se convertirá en un estado paria que será condenado cada vez más al ostracismo internacional, como lo hizo en el pasado a la República de Sudáfrica. Los costos económicos de España pronto superarán a los 16 mil millones de euros anuales que hasta ahora ha estado exprimiendo de su colonia catalana. Cuando el daño económico, que España tiene que enfrentar debido a sus violaciones masivas de los derechos humanos, ascienda a por lo menos a 160 mil millones de euros al año, ya no podrá reprimir más a Cataluña.

Sólo gana quien se atreve

Haga lo que haga el Parlamento catalán, España lo aniquilará si es contrario a los intereses del Partido Popular. Por lo tanto, Cataluña no siempre debe responder y someterse a las normas españolas, sino que debe establecer el marco por el cual ocurren los eventos. ¿Qué ocurre si España prohíbe la inmunidad a parlamentarios elegidos, hasta ahora legalmente irreprochable y disfrutada por Carles Puigdemont y pide la presencia en el Parlamento catalán para ejercer los derechos activos y pasivos que le confiere como representante elegido, si ni siquiera es técnicamente posible la investidura desde Bruselas? Entonces, el Parlamento catalán tendrá que reunirse en Bruselas e investir allí al presidente catalán. No debe someterse a la voluntad española porque el estado español quiere ganar tiempo y lograr una situación con trucos legalistas en la que una elección de Carles Puigdemont bajo las leyes de los colonizadores españoles sería totalmente imposible.

Debe quedar claro que quien no esté dispuesto a implementar su programa electoral en estos días como político catalán y, si es necesario ir a la cárcel, debe renunciar a su mandato y dejarlo en manos de un seguidor. A nadie le gusta ser un mártir. Pero en la situación actual, Cataluña necesita patriotas convencidos que estén dispuestos a ser martirizados, si es necesario. Dr. Oriol Junquera y Carles Puigdemont lo fueron y lo son. Ellos ya merecen un lugar de honor hoy, no sólo en la historia de la nación catalana, sino en toda Europa.

(Axel Schönberger)

Este artículo escrito por el Prof. Dr. Axel Schönberger fue publicado en alemán el 3 de febrero de 2018, y ha sido traducido al castellano por Carme Novau. El original en alemán está en https://neue-debatte.com/2018/02/05/katalonien-die-wahl-zwischen-freiheit-und-knechtschaft/

El abogado y periodista Pepe Fajula abunda sobre este tema.


Este texto y vídeo reflejan las opiniones de sus autores, que no tienen por qué coincidir con las mías. Los he publicado para poner un ejemplo que da un contrapunto a la información de los medios controlados por el nacionalismo español.

Un abrazo.


7 comentaris:

  1. Bueno, entiendo que la idea que promueve este artículo es la de lograr la independencia de Catalunya mediante la implosión del Estado de origen. De hecho hemos visto el nacimiento de algunos nuevos Estados por esta vía. Sería por ejemplo el caso de algunos que surgieron tras la desintegración de la antigua URSS. Pero sinceramente, creo que aquí estaríamos en otro escenario. Prácticamente nada de lo que propone el artículo resulta viable al carecer de una mayoría social necesaria y aunque lo fuera probablemente no produciría el efecto desintegrador deseado porque simplemente las iniciativas planteadas podrían ser contrarestadas en gran medida por el Estado central.
    Por supuesto no pueden meter a dos millones de personas en la cárcel, pero pueden sustituir los funcionarios que quieran. Aplicar sanciones económicas al resto y hasta embargar todos sus bienes sin que de ninguna forma puedan oponerse.
    De todas formas no lo sabríamos hasta que se intente.

    Un abrazo.
    Pucho

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    1. Imagino que no se te ha escapado que habla de Cataluña como una colonia del estado español.

      Por lo demás todo depende de como se mire, estamos hablando de un independentismo que el 21-D obtuvo más del 47% de los votos frente a poco más de un 43% que prefirió los partidos que defienden mantenerse en el estado español, eso en mi tierra es mayoría... La discusión de si es suficiente o no depende del cristal con que uno lo mire.

      Evidentemente, la represión de ese estado, cada día más autoritario, puede llegar hasta donde se lo permitan... El caso de la ex-colonia española en el Sahara es un buen ejemplo de la poca fuerza que tienen organismos internacionales como la ONU y de lo que puede llegar hacer un estado con un territorio...

      Insisto en agradecer tus colaboraciones.

      Un abrazo.

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  2. No se me había escapado esto de que se refiere a Catalunya como colonia del Estado espaňol, como tampoco se me escapa que un territorio no se significa como colonia oprimida porque cualquiera lo diga, lo es cuando el Consejo de seguridad de la ONU lo reconoce como tal y creo que esa batalla ya está perdida.

    Al margen de esto, no me malinterpretes. No estoy diciendo que no exista una mayoría social independentista en Catalunya. Me refería a que no existe mayoría social suficiente capaz de hundir al Estado.
    Este ha sido de verdad el gran error del independentismo, el de haber seňalado a todo el conjunto de la ciudadanía espaňola como sus antagonistas en lugar de procurarse alianzas y a consecuencia de ello, haber acabado fomentando la adhesión al nacionalismo espaňol. La idea del "enemigo común" funcionó bien dentro pero también fuera.

    Pero vamos a dar por bueno el dato del 47%. Esto ya significa que de entrada el resto no secundaría ninguna iniciativa que supusiese el boicot o la desobediencia al Estado, salvo que estemos planteando tales acciones fuera del marco de las libertades individuales. Pero de ser así, ocurriría de manera recíproca y entonces ya sería otra historia.

    Sigamos, de ese 47% habría que descontar a los que decidieran no sumarse, y serían bastantes.
    Si algo aprendí de mi experiencia como representante sindical es que muchos apoyan las reivindicaciones pero pocos quieren actuar en consecuencia. La mayoría siempre espera que sean otros los que se expongan. Obviamente ésta es una reivindicación mucho mayor que las propias del entorno laboral, pero los costes personales derivados de ella también serían enormes.
    Con este panorama es difícil anticipar cual sería la participación llegado el momento, pero dudo que el porcentaje final dispuesto a dar la batalla superase el 20% y creo que estoy siendo optimista.

    Sigue siendo mucha gente pero claramente insuficiente para lo que se pretende. Pero es que además y esto es algo que me sorprende bastante, por más convencidos que estamos del carácter autoritario y represor del Estado (algo con lo que estoy totalmente deacuerdo) luego siempre suponemos que consentirá o que no tendrá capacidad para oponerse, y eso que a estas alturas ya ha dado sobradas muestras de que combatirá usando todos los recursos disponibles a su alcance. Esto es otro error.

    Con todo esto, el escenario real al que nos enfrentaríamos mediante la "desobediencia civíl" de esa minoría no sería con toda probabilidad el del colapso económico del Estado, sería el de ofrecer la excusa perfecta para poder suspender de manera permanente la autonomía catalana, con una intervención plena de todas sus competencias, y con enormes posibilidades de que le siguieramos luego el resto.
    No se si prestas atención al barómetro del CIS sobre el modelo de Estado, pero resulta muy significativo ver como están subiendo los que se decantan por un modelo de Gobierno central sin autonomías.
    Sospecho que llegado ese momento en el que se intentase arruinar la economía del país y la gente sintiese que se está jugando el pan de sus hijos, faltaría tiempo para promover un referendum, uno que habilitase los cambios constitucionales necesarios para implantar un modelo centralista y triunfaría de calle. De hecho, a eso han venido el Sr Rivera y compaňía, y por cierto, a estos "héroes de la patria" los cocinasteis en casa.
    Si acaso quedarían al margen de la fiesta los vascos, que en esta historia son los únicos que han sabido jugar bien sus cartas.
    Y los demás a disfrutar de lo conseguido por muchos aňos.
    Todo perfectamente legal, constitucional y democrático. Nadie tendría por que venir a quejarse de fuera.

    Te dejo otra versión distinta (para tomar con humor) sobre como lo ven desde el extranjero.

    https://youtu.be/85MpYda6A0k


    Un abrazo.
    Pucho

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    1. Creo que tu comentario tiene respuesta en un post que ya he escrito y que está pendiente de publicar, por eso no voy a hacerlo ahora.

      Solo un detalle, las opiniones de los gobiernos de los distintos estados son volubles en función de sus intereses políticos y también de las opiniones de los que los votan, es decir de su ciudadanía. No las podemos considerar estables. La ONU no es más que una organización formada por gobiernos...

      Gracias por el comentario.

      Un abrazo.

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    2. ¡Ay! Se me olvidaba.

      Puede que los que defienden que Cataluña es una colonia de España tengan en cuenta esta definición: En las épocas moderna y contemporánea, se entiende que una colonia es un territorio sometido a un dominio político y administrativo, y a una explotación económica por parte de un estado externo. Como contraprestación la colonia recibe protección militar y una culturización por parte de la metrópoli que acaba anulando la suya propia.

      Se puede negar que esto es así en mi tierra, cosa que en este momento no es otra cosa que negar la cruda realidad.

      Un abrazo.

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  3. Me parece perfecto, sólo que esa definición se podría aplicar igualmente a cada comunidad autónoma que forma Espaňa. Todos vivimos en territorios que se significan histórica y culturalmente y que incluso disfrutan de un cierto grado de autogobierno. Todos sometidos al poder de un "Estado externo", que de tan externo que es, lo elegimos entre todos, porque hasta donde yo se, los catalanes votaron (y aprobaron) la Constitución espaňola y participan en las elecciones generales igual que el resto.
    Tomándo como válido tu argumento, todos los territorios del mundo serían igualmente colonias de sus respectivos Estados. Y de hecho, mejor les cuadraría esta definición a muchos otros, como a los seňores de Okinawa o de Hokkaido para reivindicarse frente al Estado japonés que ignora completamente su singularidad cultural y étnica, y ni ellos reclaman su reconocimiento como colonia, ni tampoco parece que nadie de fuera lo encuentre procedente. O ya puestos, llamemos colonia al propio Estado japonés al que las fuerzas de ocupación americanas impusieron un marco constitucional. Una Constitución que ningún japonés pudo votar, ni opinar siquiera y encima se la redactaron el inglés, porque no les respetaron ni el idioma, y mira, desde 1947 en vigor y sin que los recalcitrantes nacionalistas del PDL (que se han mantenido en el poder casi ininterrumpidamente desde que la democracia les vino dada) hayan movido un dedo para cambiarla. Ni una sóla enmienda en más de 70 aňos. Absolutamente obcecados que viven algunos en la idea de que pueden defender sus propios intereses desde la perspectiva del colectivo con carácter inclusivo y de miras más amplias.
    Mucho le queda aún al mundo por aprender de los catalanes.

    Un abrazo.
    Pucho

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    1. Creo que partes de una idea que podría ser errónea, ya que como demuestran las balanza fiscales y las inversiones y servicios que se reciben como contra-prestación, solo hay tres comunidades que son aportadoras netas, curiosamente Baleares, País Valenciano y Cataluña, por tanto ya hemos pasado de 17 a 3. Si estudiáramos viabilidades económicas añadiríamos alguna más, pero no creas que fueran muchas más.

      En los tres casos, de las comunidades aportadoras netas, se ha intentado reducir su idioma propio a pura anécdota. No te extrañe, pues, que si un día Cataluña pudiera con el IBEX-35, surgieran movimientos similares al catalán en esas otras tierras cuya viabilidad económica está más que demostrada y donde la opresión cultural sigue siendo la que es, y no es poca.

      El resto de tu argumentación puede adolecer, por tanto, del mismo defecto en su planteo.

      Muchas gracias por seguir ahí.

      Un abrazo.

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